Y van 760 días como mujer separada. Tantos días dan para aprender mucho. Aprender sobre uno mismo y sobre los demás. Han sido 760 días llenos de momentos duros, muy duros. Pero sobre todo han sido 760 días en los que me he dado cuenta de que poder reinventarse no es tan malo y que, efectivamente, me siento mucho más fuerte y me valoro mucho más.

Esto de ser madre separada y joven hace que tenga la sensación de llevar una doble vida. Por un lado la vida de madre de tres niños pequeños (1 año, 3 años y 6 años). Es un trabajo muy físico, lleno de imprevistos y, sinceramente, tanto gratificante como agotador. Por otro lado la vida de mujer soltera y joven. Disfrutando de tener una vida social, salir y conocer gente nueva.

Las dos vidas, de momento, no se mezclan demasiado. Son grupos de amistades completamente independientes. O bien estoy con mis hijos y mis amigos que también son padres/madres. O bien estoy con mis amigos sin hijos, de fiesta, cena, etc.

Es algo, que todavía no tengo muy claro. ¿cómo mezclar esas dos vidas? al fin y al cabo, yo me siento feliz en esas dos facetas, pero de momento son como agua y aceite. Se sobreponen pero no se mezclan.

Supongo que el tiempo traerá respuestas a esta situación. Yo de momento sigo disfrutando mis dos vidas.