
Después de unas semanas de descanso toca la vuelta a la rutina. Vuelvo con calma y creo que algo más «madura» en esto de la separación.
Estas navidades hemos tenido que repartir las vacaciones asi que los niños no han estado siempre conmigo. Mis amigos me preguntaban que cómo llevaba yo eso de que los niños no estuvieran conmigo en Nochebuena, que como podia estar sola. Yo no sé si seré un bicho raro, pero a mi me parece lo más normal del mundo. Si estamos separados, es normal que también pasen fechas señaladas con su padre, no siempre «me tocan» a mi. Creo que es tan importante para los niños como para su padre. Y: yo no estaba sola. Los amigos, los de verdad, son la familia que escogemos, y sinceramente pasé unos días estupendos con ellos. El estar sin niños hace que los disfrute incluso más cuando están conmigo.
Creo que el separarse y ser egoista, es decir, es no permitir que los niños tenga una relación normal con su padre (en mi caso, porque los niños viven conmigo) es un gran error. Yo no estoy a favor de que los niños vivan entre las dos casas (es decir, una semana con uno y otra con otro). Eso me parece que no les dá estabilidad, lo que de verdad es importante para mí, es que los niños tengan una estructura que garantice que puedan pasar tiempo todas las semanas con su padre, que lo llamen cuando lo necesiten y si: que el padre también pueda ver a los niños de forma espontánea si quiere. Independientemente de donde o con quien vivan. Tener una relación con su padre, que sea normal, es independiente de donde viven los niños y depende mucho más de que el padre y yo sepamos comunicarnos y mirar por el bien de los niños.
Asi que sí, por eso pasaron nochebuena y navidad con su padre, porque es una relación normal y porque es su padre.
Espero que podamos mantenerla así. Estamos en pleno divorcio y separar lo económico de todo lo demás no siempre es un ejercicio fácil.